Polaridad
En un enlace iónico, se produce la unión entre un átomo A, que cuenta con lugares libres para electrones en su capa exterior (electrones de valencia), y otro átomo B, cuya capa exterior posee exactamente el número de electrones de valencia correcto para dichos lugares libres. Por lo tanto, los electrones "sobrantes" de B migran a los lugares libres de A. No obstante, esto provoca que haya demasiado electrones en A y demasiado pocos en B. Por ello, en la molécula A=B, existen ahora una concentración negativa en A y una concentración positiva en B. Así, la molécula cuenta con un polo positivo y un polo negativo, con lo que presenta un momento dipolar. Una molécula de este tipo se considera polar. Una molécula puede carecer de momento dipolar (considerarse no polar) pese a la existencia de enlaces iónicos si posee varios enlaces cuyos momentos dipolares se anulen por geometría. Un ejemplo de molécula de este tipo es el metano, que tiene una estructura simétrica desde todos los puntos de vista, de forma que los momentos dipolares de los 4 enlaces C-H se anulan mutuamente.
Del mismo modo que el metano, todos sus polímeros se consideran no polares.