Cristal
átomos y las moléculas de la mayoría de las sustancias se organizan, en estado sólido, en una estructura determinada en función de las fuerzas que ejerzan unos hacia otros; siempre se constituye la estructura con la menor suma de energías entre todos los enlaces. Esta configuración recibe el nombre de estructura cristalina de la sustancia. Así, la mayoría de los sólidos presentan forma cristalina. Los átomos o las moléculas solamente pueden liberarse de dicha estructura cristalina si se les aplica una energía considerable; por lo general, la cantidad necesaria para fundir la sustancia en cuestión. No obstante, una sustancia no suele constituir un cristal homogéneo. Cuando, como resulta habitual, una sustancia empieza a solidificarse por diferentes puntos de manera independiente, se forman diversos gérmenes cristalinos, lo que impide la creación de un único cristal ("monocristal"). Por este motivo, la mayoría de las sustancias son policristalinas, con lo que no puede reconocerse una estructura cristalina a escala macroscópica. Para generar un monocristal, se requieren una condiciones de crecimiento verdaderamente especiales, a fin de impedir que se forme más de un germen cristalino. Los sólidos que no tienen los átomos y moléculas dispuestos en una estructura cristalina, sino en una distribución cualquiera, se denominan amorfos. A menudo, sobre todo en el caso de los plásticos, es posible crear una estructura cristalina prácticamente pura si el enfriamiento es lento y una estructura amorfa en caso de enfriamiento brusco, de modo que las moléculas no tengan tiempo de seguir una distribución ordenada.