Adherencia
Estabilidad de la unión entre un sustrato y un recubrimiento adhesivo o una sustancia incorporada por pegado. Como criterio para la adherencia de uniones pegadas, debe aplicarse directamente un valor de fuerza de separación (ensayo de pelado, ensayo de fuerza frontal). No obstante, suele considerarse que existe una adherencia apropiada cuando la fuerza adhesiva es mayor que la fuerza cohesiva de al menos uno de los dos ligandos. Esto sucede cuando, para separar la adhesión, no se separa la unión, sino que se rompe material en uno de los ligandos. Se obtiene una adhesión suficiente cuando una sustancia aplicada (recubrimiento, adhesivo) humecta por completo el sustrato. La humectación puede comprobarse con los siguientes métodos:
Independientemente del sustrato y del recubrimiento, casi siempre se necesita un tratamiento previo para lograr una adherencia satisfactoria, ya que, en la mayoría de los casos, existen factores que perjudican la adherencia. Dicho tratamiento previo comprende al menos uno o varios de los siguientes pasos:
- Limpieza:
En particular, eliminación de hidrocarburos (desmoldantes, aceites, grasas). La limpieza con plasma permite retirar sustancias de este tipo sin dejar restos. - Activación:
Para lograr una adhesión suficiente, es necesario que la energía superficial del sustrato sea mayor que la tensión superficial del recubrimiento. La activación con plasma permite incrementar la energía superficial de tal modo que se consiga una adhesión satisfactoria para prácticamente cualquier emparejamiento de materiales. - Ampliación de la superficie: al aumentar la interfase eficaz, la adherencia de una superficie rugosa (limpiada y activada) es mayor que la de una superficie totalmente lisa.
Para volver más rugosa una superficie (aumentarla), se emplean
métodos mecánicos: lijado, chorros de arena - Grabado: grabado químico en húmedo, grabado con plasma, microchorros de arena
- Eliminación de capas de óxido:
Las capas de óxido pueden eliminarse mediante tratamiento con plasma.